Web
Todos navegamos por internet de forma recurrente y sabemos diferenciar a una marca que ha invertido en sus plataformas digitales y en una correcta experiencia de usuario.
Para que una web funcione y cumpla con los objetivos del negocio tiene que haber un equilibrio entre estética, contenido, arquitectura y flujos de navegación.
La estética debe ser atractiva y transmitir los valores de la marca. El contenido debe ser coherente y entendible para su público. La arquitectura y los flujos deben garantizar que la navegación sea sencilla y que los usuarios se sientan cómodos con la marca.